Dentro de poco más de un mes, el 30 de mayo, tendrán lugar las próximas elecciones presidenciales de América Latina, nada menos que en un país que, según dicen los analistas (aunque también la sociedad civil), se asemeja mucho a México por los problemas que lo aquejan y porque la agenda electoral de los candidatos prioriza elementos de seguridad pública. Me refiero a Colombia.
La elección presidencial será la tercera consecutiva que marque distancia con el bipartidismo que dominó la vida política colombiana entre 1948 y 2002 (con excepción del periodo 1953-1957, cuando Gustavo Rojas Pinilla gobernó el país tras un golpe de Estado), en el que los partidos Liberal y Conservador se turnaron el poder primero, en un acuerdo llamado Frente Nacional y, desde 1974, mediante el azar electoral.
El hombre que tiene la virtud de haber desmembrado ese inequitativo sistema político es el mismo que dejará la presidencia este año, Álvaro Uribe Vélez. Uribe, un ex liberal, decidió crear un nuevo partido (Primero Colombia) al no tener el suficiente apoyo en las elecciones primarias del Partido Liberal en 2002 para la elección presidencial. Uribe alcanzó la presidencia con el 53% de los votos, y la sociedad colombiana vio logros sin precedentes en la lucha contra el narcotráfico, la guerrilla y grupos paramilitares. Sin dificultad, Uribe alcanzó la reelección en 2006 con 62.3% de los votos. Característico es que su partido, Primero Colombia, no tiene base parlamentaria, pues quedó inactivo tras las elecciones de 2002 y 2006. No obstante, allegados a Uribe fundaron en 2005 el “Partido de la U” (muy original), que busca aglutinar a las fuerzas uribistas en el Congreso. Imitando a varios de sus pares latinoamericanos, Uribe buscó reformar la Constitución para alcanzar un periodo más, cosa que logró en 2006. Sin embargo, no tuvo éxito a principios de este año cuando buscó un tercer término, pues la Corte Suprema de Justicia de Colombia no se lo permitió. Una vez derrotado, tuvo que optar por colocar al presidente del Partido de la U, Juan Manuel Santos, ex Ministro de Defensa, al frente de la candidatura uribista, quien goza de una amplia ventaja en las recientes encuestas.
El candidato que las encuestas colocan al día de hoy como segundo lugar es Antanas Mockus (visita su página en FB, acá), un filósofo y matemático de ascendencia lituana que ha sido rector de la Universidad Nacional de Colombia y Alcalde de Bogotá de 1995 a 1997 y de 2001 a 2004. Mockus fue candidato a vicepresidente junto a Noemí Sanín en 1998 y a presidente en 2006, cuando ganó no más del 1.24% de la votación. Sin embargo, hoy las cosas son diferentes.****
Como candidato del Partido Verde (como ahora se le conoce al otrora “Partido Verde Opción Centro” y antes “Partido Verde Oxígeno”, fundado por Íngrid Betancourt para la elección de 2002 previo a su secuestro), Mockus representa una verdadera opción ciudadana, ajena a la típica clase política colombiana. Académico de corazón, en su primer campaña para alcalde de Bogotá en 1994, Mockus hizo muy poca publicidad y se basó en fomentar la “cultura ciudadana”. Una vez alcalde, colocó en su gabinete a un vasto número de académicos y logró mejorías en la capital colombiana: el uso del agua potable se redujo en 40% y la tasa de homicidios bajó en un 70%, aunque no pudo paliar el desempleo. Sin dejar del lado las extravagancias (como salir a la calle vestido de “Superciudadano” o contratar mimos que dejaran en ridículo a los automovilistas que violaran las leyes de tránsito), Bogotá pronto se convirtió en una ciudad moderna y segura, cosa que no había sido por años, y Mockus ganó renombre nacional e internacional.
Hoy, Mockus es el segundo lugar en las encuestas, viniendo desde un 8% hasta alcanzar un máximo de 29%* (Fuente: Centro Nacional de Consultoría de Colombia) hace una semana —frente al uribista Santos, quien ha alcanzado un máximo de 36%—, y dio un gran salto de alrededor de 12 puntos en el momento en que propuso como compañero de fórmula a Sergio Fajardo, ex alcalde de Medellín que, según El País, es “el independiente más independiente de todos” (“Colombia sin Uribe”, El País, 28 de febrero de 2010), en cuanto a políticos se refiere. Todo apunta a que Santos y Mockus se disputarán la presidencia en segunda vuelta, si todo sigue igual. No deja de ser interesante que, mientras Santos se mantiene fluctuando entre 29% y 36%, Mockus ha ido subiendo entre 3 y 4 puntos porcentuales cada semana, por lo que podríamos llevarnos una sorpresa el próximo al terminar esta misma semana.
En cuanto a estrategia electoral Mockus, prudentemente, no descalifica al gobierno de Uribe. El candidato del Partido Verde afirma que es necesario continuar las políticas de Uribe en cuanto a combate al crimen organizado. Uribe, por el contrario, habiendo otorgado reconocimientos a Mockus en su segundo término como alcalde por sus avances en materia de seguridad, se dedica ahora a descalificar al candidato del Partido Verde por haber “descuidado la seguridad” durante su gestión (“Mockus da una lección de decencia y honestidad a los colombianos”, La Vanguardia, 17 de abril de 2010). Por Constitución, el presidente colombiano no puede injerir en el proceso electoral (¿a qué me recuerda?), lo que claramente busca. No obstante, Mockus no ha sido lo suficientemente claro en su estrategia en materia de seguridad, por lo que habrá que esperar a saber lo que puede ofrecer a Colombia frente a un ex ministro de defensa que “se la sabe de todas todas”. Una vez más, el voto de los colombianos estará determinado por la seguridad pública.
Y, por cierto, de última hora, me vengo enterando con una sonrisa que Mockus ganó el debate televisivo del domingo según 66% de los encuestados.
-Para un interesante artículo sobre la situación política de Colombia entre la etapa del Frente Nacional y hasta 2002, véase: Fernando Cepeda Ulloa, “Colombia: the governability crisis” en Jorge I. Domínguez & Michael Shifter (eds.), Constructing democratic governance in Latin America, Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 2003, pp. 193-219.
2 Comentarios:
Creo que das en el blanco al asegurar que lo que definirá el resultado de las próximas elecciones en Colombia será el tema de la seguridad. Ya Zygmunt Bauman había vaticinado esto hace algunos años al afirmar que ante la caída del Estado bienestar y el sentimiento colectivo de poca protección, muchas campañas electorales basadas en la retórica de la seguridad combatiendo a un enemigo común -migrantes, terroristas, delincuencia organizada, quien sea, lo importante es usar la fuerza- tendrían los mejores de los éxitos. Por otro lado, habrá que ver si la oligarquía colombiana-esa clase política y empresarial corrupta- , de derecha y de izquierda, deja ganar a Mockus -como lo veo, saldrá victorioso en las elecciones. No vaya ser que el símil con México alcance tan altos grados de coincidencia.
Los retos para el país son varios después de los desastrozos 8 años de Álvaro Uribe... un disfraz de democracia ayudado por los medios de comunicación masiva y otras tretas propias de ese gobierno.
Superar el aislamiento político en suramérica, reivindicar al país su dignidad como pueblo soberano, combatir la corrupción, el narcotráfico y el terrorismo, levantar la salud y la educación, investigar y dar respuestas sobre la parapolítica, los procesos contra los paramilitares y sobre la política de seguimiento no autorizado a la oposición y las altas cortes emprendidas por el gobierno (ya hay pruebas recopiladas por la Fiscalía), lo anterior junto a otros muchos más problemas de coyontura son los retos del nuevo presidente del país...
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