Proyecto para un memorial (2005), Thierry Bal.
Si las artes visuales son lo suyo, Crónicas de la ausencia –expuesta en el Museo Rufino Tamayo hasta fines de junio– no los decepcionará. Crónicas reúne trabajos de Óscar Muñoz (Popayán, Colombia; 1951) y Rosângela Rennó (Belo Horizonte, Brasil; 1962) ligados entre sí por explorar y replantear relaciones diversas entre las imágenes y los tiempos, entre la memoria y la amnesia; imágenes, tiempos, memorias y amnesias no sólo individuales sino también colectivas.
Personalmente –sigo por aquí para no repetir el planteamiento curaturial de Daniela Pérez– lo más impresionante de Crónicas es la manera en la que Muñoz y Rennó tratan desde varios ángulos la cuestión de la fragilidad y finitud de la vida; sus piezas nos hablan del fulgor de lo efímero, perpetuándolo y –paradójicamente– acentuando así su brevedad. Es la manera en las obras de Muñoz y Rennó se acercan a un tema que las palabras no agotan lo que hace que el observador pueda quedarse maravillado experimentándolas incluso por varias horas.
Si tendría que elegir dos piezas de la exposición, me quedo con Proyecto para un memorial (2005), video–instalación en la que Muñoz intenta una y otra vez –en vano– la conservación de cinco rostros de desaparecidos colombianos, dibujándolos, con agua sobre el concreto; y con Bibliotheca (2002), instalación en la que Rennó recupera una serie de álbumes fotográficos abandonados y articula algunas de sus fotografías en una narración que obedece a un nuevo orden, devolviéndoles por un momento la importancia que tuvieron alguna vez.
En fin, lo que diga es insuficiente. Vayan ustedes y experimenten y juzguen por su cuenta.
[Sobre el que escribe: Pablo R. Barriga (Cochabamba, Bolivia; 1985) es aprendiz de filósofo-artista. Actualmente estudia Ciencia política en El Colegio de México.]
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