Los poderosísimos, pesados
monosílabos helados,
algo metálicos;
elocuentes en su falta de generosidad.
Cuando se usan sin remordimiento,
cuando se pronuncian sin trabajo,
hasta con descaro y un gusto falso,
se ha llegado a una etapa más alta de sinceridad,
de sinceridad cobarde,
pues son más bien un grito, un reclamo
por no poder vomitar mil palabras en un segundo,
esas mil palabras en ese segundo
e inundar todo el espacio
hasta, tal vez, destruir el mundo.
Los Monosílabos
Por
G.X.G.H.
.
28/4/09
1 Comentarios:
Jaja, excelente. No bastan monosílabos. Es la definición exacta de la participasividad.
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